Tener la costumbre de regalar aceite es, entre los jiennenses, una práctica tan habitual que, por sí, no merecería la más mínima atención mediática. Se hace de toda la vida y a nadie sorprende. Lo que no es habitual, desde luego, es que la etiqueta del zumo de aceituna en cuestión esté protagonizada por la hija de quien se decide a obsequiar a su familia foránea o a una buena amistad con el producto...